El precio de los carburantes se mantiene estable esta semana, pero es hasta un 16% más caro que hace un año

El precio medio del litro de gasolina y de gasóleo se ha mantenido estable esta semana, tras registrar una ligera subida, pero es hasta casi un 16% más caro que hace un año en plenas vacaciones del mes de agosto.

En concreto, el litro de gasóleo se ha situado esta semana en los 1,221 euros, tras haber repuntado su precio un 0,027%, según datos del Boletín Petrolero de la UE recogidos por Europa Press.

Por su parte, el litro de gasolina se ha mantenido estable esta semana en la cota de los 1,318 euros, después de haber subido apenas 0,05%.

Esta contención en los precios de los carburantes se produce en un momento de estabilización en los precios del crudo, tras las oscilaciones registradas a principios de julio por las tensiones geopolíticas.

Así, el precio del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, cotizaba este jueves a 72,34 dólares, casi dos dólares menos que hace una semana, mientras que el barril de crudo Texas americano se intercambiaba a 67,6 dólares, un dólar y medio menos que hace siete días.

HASTA 10 EUROS MÁS LLENAR EL DEPÓSITO

A pesar de esta contención en los precios de los carburantes en las últimas semanas, con respecto a hace un año el litro de gasóleo es casi un 16% más caro, mientras que el de gasolina marca un precio más de un 12% superior.

De esta manera, a los actuales precios, llenar un depósito de 55 litros de gasóleo supera los 67 euros, lo que supone 10 euros más que hace un año.

Para el caso de la gasolina, el llenado de un depósito de 55 litros supone para el consumidor 72,4 euros, unos 8 euros más con respecto a las mismas fechas de 2017.

MÁS BARATA EN ESPAÑA QUE EN LA UE

A pesar de estas ligeras subidas, la gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de combustible Euro-Super 95 se sitúa en 1,458 euros y 1,5 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta 1,348 euros en la media de la UE y 1,347 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.

Fuente: bolsamania.com (Europapress)

 

Galicia le da la espalda al diésel con una histórica caída del 23 % de las ventas en julio

De los 2.585 vehículos nuevos vendidos hasta el 26 de julio en Galicia, 1.414 tienen motor a gasolina y 960 son diésel. El desplome del mercado se confirma con una caída de las matriculaciones de los vehículos a gasoil del 23 %, mientras que los coches a gasolina incrementaron un 65,6 % su demanda.

El proceso parece ya imparable. España, un país dieselizado y Galicia, que hasta ahora lo era todavía más, han dado un vuelco al consumo. Hasta hace un par de años, siete de cada diez coches nuevos se movían con gasoil. Son más caros que los de gasolina, pero llenar el depósito cuesta menos.

El fraude de las emisiones de más de 11 millones de vehículos fabricados por el grupo Volkswagen, el famoso dieselgate, hizo caer el mercado. Pero el desplome se ha acentuado en lo que va de año, y amenaza con un hundimiento absoluto de este segmento a partir del 1 de enero del 2019, cuando el Gobierno que preside Sánchez decrete la subida del gasoil 9,55 céntimos de euro por litro para equipararlo a la gasolina.

Además de razones medioambientales, existe un claro afán recaudatorio en esta medida, con una impacto en las arcas públicas que el Gobierno estima en 2.100 millones de euros al año.

Golpe irreversible

Para los fabricantes, esta nueva fiscalidad supone un golpe irreparable al mercado de este tipo de vehículos; y ante el escenario que se les presenta, ya han comenzado a reprogramar sus producciones en función de un fuerte incremento de la demanda de la principal alternativa al gasoil. En realidad ya se está produciendo. «Las ventas de coches de gasolina se ha disparado un 30 % en lo que va de año», apuntan desde Faconauto, la patronal de los concesionarios, que asegura que este vuelco es patente en particulares y empresas, y de manera especial, en las del sector del renting.

Anfac, la patronal de los fabricantes, explica que no todos los coches propulsados por este carburante son igualmente contaminantes. De hecho, uno de los principales problemas relacionados con las emisiones proviene del envejecimiento del parque automovilístico. En el territorio nacional, envejece año tras año, y en Galicia ya supera los 12 años de media. «Un diésel Euro 6 [normativa comunitaria en vigor] contamina menos que 10 coches diésel de hace 10 años», dice el sector.

Fuente: lavozdegalicia.es

 

¿Cuándo se eliminará definitivamente el Diesel en Europa? ¿Y en España?

Saber a ciencia cierta cuánto tiempo le queda de vida al Diesel es una tarea complicada. Lo que sí es cierto es que el futuro de este carburante es un tema que preocupa mucho a los españoles. Primero por la incertidumbre sobre cuándo tendrán que dejar de conducir su coche Diesel, si es considerado contaminante. Y segundo, porque lo de equiparar el impuesto del Diesel al de la gasolina dentro de la nueva fiscalidad verde, como anunció la ministra de Hacienda hace una semana, supondrá una subida de precios, tocándonos el bolsillo a la gran mayoría.

El objetivo es que los impuestos verdes desincentiven el uso de las energías contaminantes, como puede ser el Diesel. Lo único que buscan los gobiernos europeos es disuadir la utilización del Diesel. Y de un modo u otro, lo conseguirán.

Para empezar, la Unión Europea ha pedido eliminar las prácticas que puedan ser contaminantes para el medioambiente pero también nocivas para la salud, como los carburantes. Según una sentencia de un tribunal alemán, la salud de la población tiene prioridad sobre los derechos de los propietarios de los vehículos. De esta forma, unas 70 ciudades, las más contaminantes del país germano, en breve podrían restringir la circulación de los coches Diesel no Euro6, los matriculados antes de septiembre de 2015.

La medida podría afectar a unos 15 millones de conductores de este país donde la industria automovilística da trabajo a más de 800.000 personas. Muchos temen perder sus empleos tras esta sentencia judicial que se suma al escándalo del fraude de emisiones de 2015, o tras conocer los experimentos de gases de Diesel con monos y humanos. Alemania tendrá que replantearse la forma de recudir la polución.

En el resto de Europa ya hay fecha de caducidad para los Diesel. En 2024 Roma y París prohibirán su circulación. Un año más tarde Bruselas hará lo mismo con los no Euro 6, aunque desde este año los coches Diesel más antiguos ya tienen prohibida su circulación.

La capital de Noruega fue la primera en prohibir el uso de estos coches durante los picos de contaminación y en menos de dos años todos los Diesel desaparecerán de Oslo. La mayor aspiración es la de Dinamarca que quiere que no sólo Copenhague sino todo el país esté libre de cualquier combustible fósil en 2050.

LA PROHIBICIÓN DEL DIESEL SE PREVÉ EN ESPAÑA PARA 2025

Según las previsiones que hacen las consultorías como Oliver Wyman, el uso de los autmóviles con motor Diesel quedará prohibido en España en 2025. Para ellos, la transición a los vehículos eléctricos e “inevitable” y “lo mejor” que le puede ocurrir a la industria es que los gobiernos establezcan calendarios con fechas límites que permitan a las compañías planificar y adaptarse a esta nueva realidad.

En 2025 el Ayuntamiento de Madrid quiere impedir que transite cualquier Diesel y un año más tarde Barcelona pondrá en marcha la misma medida.

Fuente: autopista.es

 

Futuro del diésel: Todo sobre emisiones, impuestos, restricciones, tecnología…

Según estimaciones de la UE, en Europa mueren cada año, y de forma prematura, unas 400.000 personas a causa de la contaminación, algo que, además, genera unas pérdidas -por gastos sanitarios, entre otros- de unos 20.000 millones de euros. Además, más de 130 urbes europeas sufren problemas por la calidad del aire.

Por esos motivos, la preocupación por la contaminación atmosférica ha ido aumentando en la UE en la última década. Más aún en los últimos años, cuando Bruselas ha dado varios toques de atención a todos sus estados miembros para que adopten medidas para mejorar la calidad del aire. La última vez fue el pasado 29 de enero, cuando la UE amenazó a la República Checa, Alemania, Francia, Italia, Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Reino Unido y España con denunciarles al Tribunal Europeo si no tomaban medidas más severas para cumplir con los criterios de contaminación atmosférica. Este es el contexto en el que debemos entender, por un alado, las sucesivas normativas de emisiones contaminantes, cada vez más restrictivas, y, por otro, las restricciones de circulación, cada vez más frecuentes en las grandes ciudades, sobre todo, en Europa y que se están implantando ya en España.

La contaminación atmosférica y el automóvil

El tráfico rodado y las calefacciones de los hogares son los dos focos principales de contaminación en nuestras ciudades. Los cinco contaminantes más perjudiciales que hay en el aire que respiramos son las partículas, el óxido de nnitrógeno, el dióxido de azufre, el ozono y los compuestos orgánicos volátiles.

Para intentar controlar las emisiones de elementos contaminantes por parte de los vehículos que se comercializan en el territorio de la Unión Europea, este organismo supranacional viene estableciendo desde 1988 –Euro 0, Euro 1, Euro 2…– diferentes normas legislativas.

Todos los automóviles no son iguales y no contaminan lo mismo. En el mercado actual podemos encontrar motores diésel, gasolina, de gas (GNC y GLP) y eléctricos; y cada uno presenta un valor de emisiones en lo que respecta a CO2, óxidos de nitrógeno y partículas.

Así que conviene huir de falsas o incompletas afirmaciones que tienden a generalizar que, por jemplo, los diésel contaminan más que los coches de gasolina. De hecho las normativas antipolución que han ido endureciendo sus límites de emisiones, han puesto en jaque, sobre todo, a los vehículos diésel. Las marcas, por su parte, han contraatacado con tecnologías que hacen que los diésel sean mucho menos contaminantes de lo que nos hacen creer.

Los impuestos al diésel: carburantes y automóviles

En los últimos meses el precio medio de los diferentes combustibles, entre ellos el gasóleo de automoción, ha comenzado a crecer de manera paralela al incremento del precio del crudo. Al mismo tiempo, tras la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado se ha confirmado que los carburantes serán más caros en nueve comunidades autónomas.

A esta subida propuesta por el Gobierno, hay que añadir la fuerte presión ejercida desde la Unión Europea que, en busca de su pretendida armonización fiscal sobre los carburantes, lleva tiempo instando a los sucesivos gobiernos de España a elevar la carga impositiva de los combustibles, ya que en la actualidad, cuenta con uno de los gravámenes más bajos de la UE.

Pero la presión fiscal no solo se endurece para los carburantes. La entrada en vigor del nuevo protocolo de homologación de emisiones, denominado WLTP –un formato que contempla condiciones de conducción más ajustadas a la realidad–, traerá consigo un más que previsible aumento de los valores homologados de emisiones para la mayoría de modelos equipados con mecánicas diésel. Esta circunstancia hará que un elevado porcentaje de modelos cambien de tramo y aumenten su tipo impositivo en el impuesto de matriculación: de estar exentos pueden pasar al 4,5 %; del 4,5 % al 9,75 o del 9,75 podrían pasar al 14, 75 %, lo cual incrementará, como es lógico, el precio de venta de estos coches.

Restricciones de acceso para los coches diésel en determinadas ciudades

La sensibilización, cada vez mayor, de las administraciones en materia medioambiental ha traído consigo una serie de políticas locales destinadas mejorar la calidad del aire que se respira en las ciudades; lo cual lleva implícito en casi todos los casos una restricción a la movilidad del tráfico rodado que afecta, prioncipalmente a los vehículos diésel.

La inmensa mayoría de las grandes ciudades europeas están optando por instaurar zonas de bajas emisiones (LEZ, por sus siglas en inglés: Low Emission Zone) en las que restringen el acceso a los vehículos más contaminantes. Según datos de la Unión Europea, más de 220 ciudades europeas ya cuentan con estas zonas.

En 2016, Madrid y Barcelona fueron las primeras ciudades en aplicar medidas concretas de restricciones al tráfico en España, en episodios de alta contaminación –recientemente, Valladolid, también lo ha hecho–. En el caso de Madrid, se ha decidido ir más allá y el consistorio ha anunciado la entrada en vigor el próximo noviembre de su zona de acceso restringido “Madrid Central”. Una medida que, en el futuro, se podrá ver secundada por iniciativas similares en otras grandes ciudades del nuestro país.

¿Tiene futuro el diésel?

Si ya existe suficiente incertidumbre sobre el futuro de los coches diésel entre la opinión pública, las recientes declaraciones de la Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en las que afirmaba que “el diésel tiene los días contados”, no contribuyen a aclarar el panorama. En sentido contrario, se manifestó el comisario de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, quien pidió más prudencia a la hora de hablar del impacto ambiental de los vehículos diésel.

Ante esta realidad de mensajes contradictorios por parte de las administraciones, los fabricantes tampoco parecen tener un mensaje unitario al respecto y, así, encontramos marcas que han hecho una apuesta tecnológica fuerte para conseguir que sus vehículos diésel se adpaten a las normativas anticontaminación y otras que han decidido eliminar los motores diésel de su catálogo, como ya han anunciado Porsche o Volvo.

En medio de este juego de mensajes cruzados, estrategias políticas y decisiones empresariales en diferentes direcciones, es lógico que los usuarios se encuentren confundidos y alberguen serias dudas sobre qué tipo de coche comprar si se encuentran en esa tesitura, o qué hacer si acaban de adquirir un coche equipado con motor alimentado por gasóleo. Incluso, en el caso más extremo, se les ha podido pasar por la cabeza quitarse lo que, para ellos, puede constituir un problema y vender su automóvil diésel en las mejores condiciones posibles, ante la hipotética amenaza de que el diésel –tanto el combustible como los automóviles– pudiera llegar a desaparecer.

Conclusiones sobre el futuro de los diésel

  • Las restricciones de circulación en las ciudades cada vez serán más frecuentes… y estrictas. Estas restricciones son una parte esencial para mejorar la calidad del aire, especialmente en las grandes urbes, y cuentan con el beneplácito de la UE. Y si bien habitualmente son más severas con los vehículos diésel -valga como ejemplo el distintivo azul ya presente en algunas ciudades de Alemania, que sólo se otorga a los diésel que cumplan la norma anticontaminación Euro 5-; no se libran de ella los vehículos gasolina. ¿Un buen ejemplo? Barcelona y otros 39 municipios prohibirán, a partir de 2019, la circulación por su territorio de los vehículos gasolina y diésel que no cumplan la Euro 1.
  • El coste del gasóleo subirá próximamente en España: la cuestión es saber cuánto y cuándo. A la propuesta de Hacienda para elevar, en 2019, el tipo general del Impuesto de Hidrocarburos -lo cual incrementaría, según CC.AA. hasta en 4,8 cént./l el coste de los carburantes-, hay que sumar las presiones de la UE para que nuestro país eleve la carga impositiva al gasóleo; una de las más bajas de Europa.
  • Un diésel Euro 6 es casi tan limpio como un gasolina moderno; y dentro de muy poco contaminará tan poco como estos últimos. Es un hecho que la combustión que se produce en el interior de un motor diésel genera más contaminantes que aquella que se realiza en uno de gasolina. Sin embargo, al hablar de emisiones contaminantes, y siempre que hablamos de vehículos actuales, las emisiones de ambos tipos de automóviles casi se equiparan.

    La concentración de los óxidos de nitrógeno o NOx es un problema de salud en las grandes ciudades. Pero los ´temidos´ NOx no son el único contaminante que existe; también sufrimos la presencia de partículas PM en el aire, procedentes fundamentalmente de las calefacciones; de dióxido de azufre o SO2, que generan, sobre todo, la combustión de carbón en centrales térmicas o en las calefacciones más antiguas.

  • ¿Interesa adquirir un diésel? Sí, pero siempre y cuando evites los trayectos cortos y urbanos, realices un número elevado de kilómetros -por el probable aumento del precio del gasóleo y el de los propios vehículos diésel- o cuando, recorriendo un kilometraje medio -léase a partir de 15.000 km al año-, vayas a adquirir un vehículo grande y relativamente pesado, como un SUV o un monovolumen.

Fuente: autofacil.es

 

El impuestazo al diésel llegará antes de fin de año, con la Ley de Transición Energética

El Gobierno elevará de forma significativa la carga fiscal sobre el gasóleo de automoción pero la medida no será adoptada en el corto plazo ni tampoco de forma aislada. El impuestazo al diésel llegará como parte de un paquete fiscal relacionado con la transición energética, cuya Ley pretende sacar adelante Moncloa a finales del presente ejercicio, que afectará a las fuentes de energía contaminantes.

Durante la pasada semana, diversas informaciones publicadas en prensa daban cuenta de la intención del Gobierno de aplicar una notable subida de los impuestos que soporta el combustible diésel que le llevara a equipararse en precio con la gasolina. No obstante, en el sector de hidrocarburos nadie espera movimientos en este sentido durante los próximos meses aunque, eso sí, lo dan prácticamente por descontado.

“Queda por ver si afectará a todos por igual o habrá alguna medida especial para colectivos como transportistas, agricultores o autónomos. Pero todo apunta a que se aplicará una subida”, señala una fuente del sector que, además, apunta que las alzas repercutirán directamente en el consumidor. “Las empresas no tienen otra alternativa: aplicar el impuesto al precio y que la medida repercuta directamente en el coste de llenar el depósito”.

No obstante, el Gobierno no hará coincidir la revisión al alza de estos impuestos con un periodo como el veraniego, en el que los desplazamientos por carretera se multiplican como consecuencia de las vacaciones. Con vistas a éstas, las variaciones de precios a la hora de llenar el depósito vendrán marcadas únicamente por el comportamiento de los mercados de materias primas.

Anuncio conjunto

Las mismas fuentes apuntan a que el combustible diésel no será ni mucho menos el único afectado por la medida. “Pero el Gobierno no las va a anunciar oficialmente de forma escalonada. Todas llegarán al mismo tiempo, ligadas a la legislación sobre transición energética. Las fuentes más contaminantes serán severamente penalizadas desde el punto de vista fiscal”.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró en una de sus últimas comparecencias públicas que los planes del Gobierno pasan por que la Ley que regulará el nuevo escenario energético para su adaptación al cambio climático esté lista antes de que finalice el presente ejercicio. Todo apunta a que, entonces, se conocerá de forma oficial la citada batería de medidas fiscales.

No obstante, el impuestazo al diésel ha sido la primera en desfilar ante la opinión pública, aunque no de manera oficial, como una forma de que los consumidores asuman con tiempo la medida y que su efecto negativo quede diluido cuando llegue el momento de aplicarla realmente. También ha sido una forma de comprobar la reacción de los colectivos especialmente afectados que, además, ha sido considerablemente más moderada de lo que el Gobierno esperaba.

La previsión de la Comisión de Expertos

“En cualquier caso, esperamos una decisión unilateral, será difícil que se tenga en cuenta la opinión de los operadores”, apuntan fuentes del sector de hidrocarburos. Bien es cierto que, además, el Ejecutivo acaba de aterrizar y numerosos altos cargos han sido recién nombrados en los últimos días, por lo que no ha habido tiempo material para establecer contactos.

La subida de los impuestos a los carburantes también se recogía como una de las posibles medidas en el informe de la Comisión de Expertos para la Transición Energética, encargado por el anterior Gobierno con el fin de dar contenido a la llamada Ley de Cambio Climático.

No obstante, los responsables del entonces denominado Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital se refirieron a este punto como una medida compleja, que habría que tomar a medio y largo plazo y que requeriría de un amplio consenso político y acuerdos con las distintas administraciones autonómicas.

Fuente: vozpopuli.com

 

El precio de la gasolina no para de subir y ya alcanza máximos de hace tres años

El llenar el depósito de gasolina del coche es un quebradero de cabeza. El ir a la gasolinera se está convirtiendo en algo cada vez más caro y las perspectivas no son nada halagüeñas. Los expertos no prevén que el precio del petróleo caiga a corto plazo sino todo lo contrario, lo que se trasladará (y rápidamente) al precio de los combustibles. La subida, por tanto, será un elemento clave en la agenda de la nueva ministra de Energía y Medio Ambiente, Teresa Ribera.

El litro de gasóleo ha alcanzado los 1,242 euros por litro, un 0,16% más que la última semana, y no solo marca máximos anuales sino que alcanza niveles no vistos desde diciembre de 2014, según el Boletín Petroleo de la Unión Europea. Si no tienes un coche diésel sino gasolina la situación es aún peor ya que el litro ha alcanzado los 1,337 euros, máximos desde junio de 2014, tras subir un 0,15% en la última semana.

El precio medio del litro de ambos combustibles ha escalado a máximos en el año tras no dar tregua al conductor y encadenar once semanas consecutivas de subida. Por tanto, acumula un encarecimiento del 10% desde finales de marzo. Este fuerte avance se produce al calor del rally que ha experimentado el petróleo tras la decisión de Estados Unidos de retirarse del acuerdo nuclear con Irán y los problemas de producción o tensiones geopolíticas que se viven en países como Arabia Saudita, Venezuela, Libia o Nigeria.

De hecho, grandes bancos de inversión apuntan a que el rally del precio del crudo todavía tendría recorrido (a pesar de cotizar en máximos de 2014) y no estaría agotado. Goldman Sachs, por ejemplo, alertaba que el precio del Brent se iría a 82,5 dólares si otros países no ‘abrían’ el grifo. Por tanto, el mercado estará pendiente de la reunión que celebrará la OPEP a finales de este mes.

Con todo este escenario, el conductor que vaya hoy a llenar un depósito de 55 litros de gasolina, debería desembolsar 73,5 euros, lo que supone 5,6 euros más que en el arranque de año. Por su parte, el que tenga un coche diésel pagará 68,3 euros, notando en su bolsillo la misma subida que si echara otro combustible.

Por tanto, la ‘lupa’ de Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, no está surtiendo efecto. El ministro indicaba hace algunas semanas que el Gobierno estaba “vigilante” para que la subida del crudo no suponga un aumento de los márgenes de los operadores.

Más barata que en la Unión Europea

Este escenario es aún más desfavorable para el bolsillo de otros conductores europeos. De hecho, el precio de venta del litro de gasolina se sitúa en los 1,475 euros en el caso de la Unión Europea y en 1,517 euros para la eurozona mientras que el de diésel alcanza los 1,373 euros en ambas regiones.

Los combustibles más baratos en España frente a nuestros vecinos europeos obedece a que, pese a la subida de impuestos, nuestro país cuenta con una menor presión fiscal que la media comunitaria. De hecho, es frecuente ver a conductores portugueses y francesas que viven en regiones limítrofes con España o a pocos kilómetros como llenan su depósito en gasolineras de nuestro país.

Fuente: lainformacion.com