Las gasolineras de Cáceres son las segundas más caras de España, solo por detrás de Baleares.

Si vive en Cáceres y usa el coche con frecuencia, puede considerarse entre los españoles más castigados por el precio de los carburantes. Por una razón: reside en la segunda provincia más cara de España a la hora de llenar el depósito del vehículo.

Da igual que el motor de su turismo funcione con gasolina de 95 octanos o con gasóleo. La posición de Cáceres en la clasificación nacional es la misma en los dos casos. Su puesto se ve al primer vistazo a la gráfica que recoge los precios en las 52 provincias españolas, y que publicó hace unos días la Comisión Nacional de Energía (CNE) con datos referidos al mes de diciembre. Tanto en un tipo de combustible como en el otro, Cáceres registra el segundo precio final de venta al público más alto del país, sólo superado por las Islas Baleares.

En esencia, los datos son muy similares a los de noviembre, que están recopilados con más detalle en la web del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Según esta fuente oficial, al cierre del penúltimo mes del año pasado -último del que ofrece cifras-, el precio medio del litro de gasóleo en Cáceres fue de 1,381. Es decir, por encima del precio tipo para el conjunto del país, que fue de 1,358. Y a mayor distancia aún de Huesca, la provincia más barata de España, donde el gasóleo se vendió en noviembre a una media de 1,307 euros.En el caso de la gasolina de 95 octanos, los precios para el citado mes fueron los siguientes: 1,396 en Cáceres, 1,375 de media del país y 1,326 en Huesca.

Traducido al bolsillo de quien se pone al volante con frecuencia, las diferencias se aprecian de forma más clara. Una persona que resida en Cáceres pero tenga su puesto de trabajo en Mérida, y que de lunes a viernes utilice su coche con motor diésel para recorrer esos 70 kilómetros, pagará 69,05 euros para llenar un depósito de cincuenta litros. Si su vehículo consume una media de seis litros a los cien kilómetros, gastará aproximadamente tres depósitos y medio al mes, o sea, 242 euros. Multiplicado por once meses -partiendo de la base de que tiene uno de vacaciones-, destinará a carburantes 2.662 euros al año. En Huesca, serían 2.519, es decir, 143 euros menos. Si la comparación se realiza respecto a la media nacional, la diferencia es de 48 euros.

Si el vehículo que se emplea es de gasolina, el gasto anual rondará los 2.687 euros. De vivir en Huesca, serían 135 euros menos, una diferencia mucho mayor que si se toma como referencia la media del país, que es de 2.647 euros.

A la hora de encontrar una explicación a estas diferencias en los precios entre unos territorios y otros, un factor clave, al menos a priori, es el denominado ‘céntimo sanitario’, el impuesto que grava los carburantes, y que no aplican todas las comunidades. Extremadura está en el grupo de las que sí lo hacen. La región lo introdujo el 1 de enero del año 2011, y lo elevó al máximo a partir del 29 de junio del año pasado, lo que significó que cada litro de combustible, ya sea gasóleo o gasolina, estuviera gravado con 4,8 céntimos de euro.
Ahora bien, en Extremadura no tiene mucho sentido denominar ‘céntimo sanitario’ a este impuesto, porque la comunidad autónoma no tiene legislado que lo recaudado por esa tasa deba invertirse en financiar el sistema sanitario regional. Es decir, en la práctica, la Junta puede utilizar lo que obtiene de los carburantes en lo que quiera.

Pero hay una cuestión más en este capítulo. En principio, las regiones con el combustible más caro son aquellas que aplican el céntimo sanitario. Pero sucede que en el caso de la provincia de Cáceres, sus precios sin tener en cuenta esos 4,8 céntimos de impuestos, siguen siendo de los más altos del país. Llama la atención que no ocurre lo mismo en Badajoz, con precios antes y después de impuestos más bajos. El periodista y experto en estadística Juan Francisco Caro lo explicaba hace unos meses en extredato, el blog alojado en hoy.es. En su artículo aludía como posibles razones a esta diferencia entre provincias a dos factores a los que también se ha referido en alguna ocasión la CNE. Son la presencia de los grupos empresariales del sector más potentes, que acaparan gran parte del mercado, y a la escasez de competencia, esto es, la mínima diferencia entre los precios de unos y otros.

De hecho, al comparar su evolución entre noviembre del año 2011 y doce meses, se advierte que en Cáceres, los precios han subido algo menos del cinco por ciento. A escala nacional, el incremento fue del ocho por ciento, lo que contrasta con una caída del consumo (seis por ciento), que el estudio de la CNE califica como «inaudita».

Fuente: hoy.es
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