Movilidad sostenible: previsiones para la próxima década
La transición que está viviendo la movilidad no está siendo todo lo rápida que sería deseable, y se espera que, de cara a 2030, el acelerón sea mayor. Las empresas energéticas y de automoción continúan trabajando y desarrollando las que serán las tecnologías de movilidad del futuro. Pero, ¿cómo contemplan los expertos del sector este ámbito durante la próxima década? ¿Cuáles son los objetivos que se persiguen y en qué situación estamos para conseguirlos? En este artículo, analizamos las previsiones en el ámbito de la movilidad sostenible de cara a los próximos años.
A modo de contexto, no hay que olvidar la Estrategia de Descarbonización a largo plazo marcada por la Unión Europea. Esta hoja de ruta estima todas las acciones que se deberían llevar a cabo para, en 2050, lograr la neutralidad climática plena. Un escenario en el que el sector de la movilidad y el transporte es clave, y es uno de los que más retos afronta.
En un plazo de tiempo más corto, hay otro año marcado en el calendario: 2035. La Unión Europea ha puesto esa fecha como plazo para cesar la venta de coches de combustión a partir de entonces. Aunque, en este caso, todavía está por ver cómo se definen los límites y si entran dentro de la excepción los coches con combustibles sintéticos o no.
En cualquier caso, en menos de 12 años, los vehículos propulsados por diésel o gasolina ya no se venderán. Sin embargo, en España actualmente hay más de 13 millones de vehículos diésel o gasolina, y, pese a que el número de coches eléctricos aumenta progresivamente, estamos muy lejos de las cifras europeas. Por tanto, en el escenario actual, es interesante ver cuáles son las previsiones del sector en el desarrollo de nuevas alternativas de movilidad sostenible que podrían consolidarse en el futuro.
Convivencia entre los coches eléctricos y los biocombustibles
Algunos países, incluido España, han hecho una firme apuesta por el vehículo eléctrico, si bien no está consiguiendo arraigarse todo lo que cabría esperar por el momento. Quizá la mejor alternativa no sea apostar todo al eléctrico, sino diversificar y desarrollar diferentes tecnologías que sean accesibles a todo el mundo. Esto es lo que propone AECOC dentro del barómetro con las valoraciones de las 121 empresas de la iniciativa Lean & Green.
La asociación explica que el futuro de la movilidad sostenible podría pasar por el coche eléctrico en distancias cortas, y por los biocombustibles en distancias largas. Asimismo, afirman que el hidrógeno también sería una alternativa con la que se avanzaría mucho hacia una última milla más sostenible, pero requerirá más tiempo.
Analizando por qué la electrificación no ha logrado los resultados de descarbonización que se esperaban hasta ahora, AECOC apunta a que, según 6 de cada 10 empresas, se debe a la falta de infraestructura de recarga, en primer lugar.
Los biocombustibles, una de las grandes apuestas
Ya son varias las grandes compañías energéticas, como Repsol o Cepsa, que están incrementando sus inversiones para desarrollar y universalizar el uso de biocombustibles en el transporte. Se trata de utilizar combustibles obtenidos a partir de materia orgánica proveniente de diferentes fuentes: residuos agrícolas, forestales, alimenticios, etc.
Cepsa está inmersa en un proyecto para fabricar biocombustible a gran escala en la planta que tiene en Palos de la Frontera (Huelva). La empresa se ha marcado como objetivo liderar la producción de biocombustibles en España para 2030.
Un objetivo que también comparte Repsol, otra de las grandes energéticas que está haciendo grandes avances en el desarrollo de biocombustibles. En este caso, su objetivo es incrementar la presencia de biocombustibles en los carburantes de sus estaciones de servicio del 10% actual al 28% en 2030. De hecho, la empresa afirma que ya son más de 30 las estaciones de servicio que ofrecen combustible 100% renovable.
El hidrógeno, la solución a largo plazo
Otra de las alternativas de movilidad sostenible que suena con fuerza es el hidrógeno como principal propulsor de los vehículos. Siguiendo con Repsol, la empresa ha comenzado a fabricar hidrógeno verde en España, y Petronor apunta a que el hidrógeno debe ser el punto de partida para el desarrollo de la movilidad sostenible.
Aunque, si hay una marca que está apostando fuertemente por el hidrógeno, es Toyota. La compañía japonesa está desarrollando y probando tecnologías basadas en hidrógeno, si bien afirman que es una alternativa a la que todavía le queda recorrido hasta que se pueda universalizar. Principalmente, por el alto coste que conlleva la instalación de estaciones de servicio de hidrógeno.
De hecho, Toyota ha explicado, recientemente, que la alternativa de hidrógeno puede ser más rápida de implementar en vehículos industriales. Desde Toyota afirman que el hidrógeno es la solución perfecta para los vehículos comerciales y de última milla.
El GLP, una opción transitoria muy interesante
La innovación y el trabajo que se está realizando para desarrollar diversas opciones de movilidad sostenible durante los próximos años es incesante. Sin embargo, la urgencia por reducir las emisiones contaminantes también lo es. En el caso de muchas ciudades, la perspectiva de esperar más de 10 años para que la movilidad sea plenamente sostenible es inviable, puesto que necesitan soluciones inmediatas.
Una de las energías de transición más importantes en movilidad es el GLP, un tipo de combustible alternativo menos contaminante que la gasolina o el diésel, y que puede ayudar a minimizar las emisiones de forma inmediata. De hecho, la conversión de coches gasolina a GLP sigue ganando cada vez más peso entre los conductores, que, con una instalación sencilla, pueden disponer de un vehículo menos contaminante.
Por lo tanto, mientras se terminan de desarrollar las tecnologías de movilidad sostenible del futuro, ¿por qué no contribuir inmediatamente con aquellas que ya se han consolidado como energías de transición efectivas?