El consumo de carburante cae al nivel más bajo desde 2002.
La combinación de desempleo, impuestos, inflación y petróleo caro ha sido una losa para los conductores españoles, que han reducido de forma drástica su consumo de carburante. En 2012 bajó a 25,6 millones de toneladas métricas, lo que supone una caída anual del 6,1%, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).