El gas desafía al diesel en carretera
El mismo gas que enciende los fogones de la cocina o alimenta la calefacción de su vivienda también es capaz de propulsar el coche que le traslada a diario al trabajo. Alternativa a los combustibles tradicionales -y azote de los precarios vehículos eléctricos-, el transporte a gas -natural o derivado del petróleo- goza de gran aceptación en Europa y América Latina, pero apenas es testimonial en España. El desconocimiento generalizado de estas tecnologías, unido a una red de estaciones de servicio todavía limitada, están obstaculizando su expansión. Aunque la crisis parece haber dado el empujón definitivo para el despegue de este sector al alza.