La crisis y el precio de la gasolina desploman los tráficos de las carreteras de Almería.
Como si de las fichas de un dominó se tratara, la crisis ha ido derribando lo que hasta ahora venía siendo una realidad tangible, demostrada estadísticamente, durante las últimas décadas. Una de ellas es la del crecimiento constante de la movilidad, de los viajes, y con ella, del uso de los vehículos privados y de las carreteras. La nueva realidad económica, con más paro, con los combustibles más caros y con los bolsillos repicando con menos tintineo metálico, ha revertido lo que hasta ahora era un ascenso sin frenos.