Ventajas de transformar un coche gasolina a GLP frente al coche eléctrico
El camino hacia la movilidad sostenible ha empezado hace tiempo, y cada vez son más los conductores concienciados con la necesidad de buscar alternativas de conducción más respetuosas con el medio ambiente. Las instituciones españolas apuestan por el coche eléctrico, pero hay otras alternativas que ofrecen más ventajas a día de hoy. En este artículo, te contamos cuáles son las ventajas de transformar un coche gasolina a GLP en vez de comprar uno eléctrico.
A modo de contexto, es importante señalar que el coche eléctrico es, sin duda, una de las grandes opciones de movilidad sostenible del futuro. Sin embargo, a día de hoy no constituye una opción accesible a cualquier persona. En primer lugar, por el elevado precio de los coches eléctricos. Y, además, porque no contamos con una infraestructura de puntos de recarga suficiente como para que sea la opción mayoritaria en las grandes ciudades.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la implementación de Zonas de Bajas Emisiones sigue avanzando cada día, y ya son varios los municipios españoles que cuentan con un área urbana en la que hay restricciones de movilidad. Entonces, si la electrificación no es una tecnología completamente desarrollada, ¿qué opciones tienen los conductores que estén pensando en conducir de forma menos contaminante por los núcleos urbanos?
Aquí entran en juego las tecnologías que ya están consolidadas y que actúan como alternativas de transición muy interesantes. La más expandida es la conversión a GLP o Autogas, una modalidad que no solo permite reducir las emisiones contaminantes, sino que además es más económica. A continuación, analizamos las principales ventajas de transformar un coche gasolina a GLP en lugar de apostar por el eléctrico hoy en día.
Beneficios de transformar un coche gasolina a GLP frente al coche eléctrico
Tal y como hemos señalado, no todo el mundo tiene capacidad económica para acceder al coche eléctrico hoy en día. Y, además, no hay suficientes puntos de recarga en las grandes ciudades como para que haya plena libertad de movimiento en este tipo de vehículos.
Por eso, es interesante conocer las razones por las que transformar un coche gasolina a GLP es, a día de hoy, una opción más estratégica y accesible para muchos conductores:
Ahorro en combustible
La conversión de un coche de gasolina a GLP es más económica que la compra de un vehículo eléctrico nuevo. Este factor es especialmente relevante para aquellos que desean reducir su huella ambiental sin incurrir en gastos significativos.
Además, la inversión inicial en la instalación de un sistema de GLP puede amortizarse rápidamente a través del ahorro en combustible. Ten en cuenta que el precio del GLP es de menos de 1 euro el litro, mientras que la gasolina se mantiene por encima de 1,60 euros el litro.
Infraestructura de recarga ya existente
A diferencia de los vehículos eléctricos, que dependen de una infraestructura de recarga en que todavía está en desarrollo, los puntos de suministro de GLP ya están establecidos en todo el país y son ampliamente accesibles. De hecho, actualmente hay más de 900 estaciones de servicio donde se puede repostar GLP o Autogas en España.
Esto significa que los propietarios de vehículos convertidos pueden disfrutar de la conveniencia de repostar en estaciones de servicio convencionales sin la necesidad de esperar largos periodos de recarga.
Mayor autonomía
Los vehículos convertidos a GLP tienen una autonomía superior a los coches eléctricos, lo que los hace ideales para aquellos que requieren largos trayectos sin preocuparse por la recarga. Es más, la conversión a GLP permite, en algunos casos, duplicar la autonomía, porque suma la del depósito de gasolina con la del depósito instalado de GLP.
Reducción inmediata de emisiones contaminantes
La conversión a GLP reduce significativamente las emisiones de contaminantes nocivos, como el dióxido de carbono y los óxidos de nitrógeno, en comparación con los vehículos de gasolina convencionales.
Esta mejora inmediata en la calidad del aire puede contribuir a la mitigación de los efectos adversos para la salud y el medio ambiente asociados con la combustión de combustibles fósiles.
Menor impacto en la red eléctrica
A medida que aumenta la demanda de vehículos eléctricos, también lo hace la presión sobre la infraestructura eléctrica existente. La conversión a GLP ofrece una alternativa que alivia este aumento de carga, ya que no depende de la red eléctrica para su funcionamiento.
Esto puede ayudar a evitar posibles problemas de capacidad y estabilidad en el suministro de energía, tal y como está sucediendo en otros países europeos, como Países Bajos.
Menos costes de mantenimiento
Los coches convertidos a GLP suelen requerir un mantenimiento más sencillo en comparación con los sistemas de los vehículos eléctricos. Además, los costes de reparación y sustitución de componentes son generalmente más bajos, lo que puede traducirse en ahorros a largo plazo para los propietarios.
Disponibilidad de modelos y opciones de conversión
La conversión a GLP no está limitada por la disponibilidad de modelos específicos de vehículos, como sí lo están los vehículos eléctricos. Esta flexibilidad permite a los propietarios adaptar una amplia gama de automóviles a sus necesidades individuales sin comprometer la elección de vehículos o marcas.
De hecho, todos los coches gasolina EURO 4 matriculados a partir de 2006 pueden conseguir la etiqueta ECO con la transformación a GLP, lo que supone que un gran porcentaje del parque automovilístico actual tiene esta capacidad.
Rendimiento similar al de los motores de gasolina
Los motores convertidos a GLP ofrecen un rendimiento comparable al de los motores de gasolina en términos de potencia y capacidad de aceleración. Esta familiaridad en la experiencia de conducción facilita la transición para los conductores que prefieren la sensación tradicional de un vehículo de combustión interna.
Flexibilidad en la transición hacia la movilidad sostenible
La conversión a GLP ofrece una solución pragmática e inmediata para quienes quieren adoptar prácticas de movilidad más sostenibles rápidamente y sin comprometer la conveniencia o la economía.
Esta flexibilidad permite a los conductores dar un paso en la dirección correcta hacia la sostenibilidad, adaptándose a su ritmo y circunstancias individuales. Y, sobre todo, permite reducir las emisiones contaminantes de los vehículos mientras se terminan de desarrollar y consolidar las que serán las alternativas de movilidad sostenible del futuro, como el coche eléctrico, los biocombustibles o los vehículos con pila de hidrógeno, entre otras.
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