El autogás seduce cada vez a más conductores.

GLP, tres letras que esconden las siglas de un combustible cada vez más extendido en la ciudad de Badajoz.

En realidad no es más que una mezcla de butano y propano utilizado desde hace tiempo por taxistas y repartidores, pero la continua escalada de precios del gasoil y la gasolina lo ha convertido en una alternativa rentable no solo para los profesionales del sector del transporte, sino también para particulares que llenan el depósito con frecuencia.

El gas licuado del petróleo, de ahí el acrónimo GLP, se vende a la mitad de precio que el gasoil, contamina menos y los vehículos no notan la diferencia.

Por algo menos de dos mil euros los mecánicos adaptan un coche con motor de gasolina a autogás. El GLP se almacena en estado líquido a unos 10 bares de presión en un pequeño depósito que cabe en el hueco de la rueda de repuesto y que permite recorrer de media unos 500 kilómetros. Según explican desde la Asociación Española de Operadores de Gases Licuados del Petróleo, una vez que se acredita el cambio hay que dirigirse a cualquier ITV para revisar la instalación y comprobar que cumple con la normativa en vigor. En la ficha técnica del vehículo debe quedar reflejado que es apto para circular por la vía pública con GLP como combustible.

La adaptación se puede acometer en cualquier vehículo de gasolina matriculado después de 2001, según se explica en algunos foros especializados. En los diesel, de momento, no se puede mecanizar la convivencia entre estos dos combustibles.

La inversión la amortizan rápido quienes hagan muchos kilómetros. A su favor también juega que el vehículo pueda seguir funcionando a gasolina cuando se acaba el gas sin que el motor sufra incidente alguno.

Uno de los inconvenientes es que todavía no hay una amplia red de surtidores, en Badajoz, por ejemplo, los usuarios tienen que cruzar la frontera y repostar en una gasolinera de la autovía de Elvas. Este contratiempo se reparará en breve. La estación de servicio de la carretera de Circunvalación cuenta con un dispensador de GLP y, según uno de los empleados, se activará en pocos días. Se trata de la primera gasolinera de la ciudad que lo vende, pero hay otras que también han solicitado el permiso para instalarlo. Además de comodidad, los usuarios han ganado en ahorro porque en Portugal el butano tiene una fiscalidad más elevada y allí el litro se despacha a 0,89 céntimos, en España el GLP cotiza en estos momentos a 0,77. Manuel Pato conoce de cerca la evolución de este mercado. Trabaja como taxista en Badajoz y hace un año y medio se pasó al butano. Por sus cuentas, ahora gasta menos de la mitad en combustible que antes. Su Toyota Prius lleva además un sistema híbrido eléctrico en el motor. Sólo necesita gasolina para arrancar. En los últimos meses ha comprobado cómo muchos de sus compañeros también han dado el mismo paso y prevé que en un futuro, conforme se vaya renovando la flota, todos los taxis y vehículos de transporte público funcionen con butano.

Los talleres también han encontrado aquí un campo a explotar, en varios ya instalan los equipos y otros esperan la homologación de los fabricantes para hacerlo.

Fuente: hoy.es
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