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Motores de combustión de hidrógeno para vehículos: ¿Cómo funcionan?

La movilidad del futuro ya está en marcha, y el hidrógeno se sigue consolidando como uno de sus grandes protagonistas. Cada vez es más habitual que escuchemos hablar de vehículos impulsados por hidrógeno, pero no todos saben que existen dos tecnologías distintas para hacerlo posible: las pilas de combustible y los motores de combustión de hidrógeno.

En este artículo, queremos acercarte de forma clara y sencilla a esta segunda opción: los motores de combustión que funcionan con hidrógeno. ¿Qué son? ¿Cómo funcionan? ¿Son realmente sostenibles? ¿Y qué papel tendrán en los próximos años en España? Vamos a descubrirlo.

¿Qué es un motor de hidrógeno de combustión?

Un motor de combustión de hidrógeno es, en esencia, un motor tradicional adaptado. En lugar de funcionar con gasolina o diésel, utiliza hidrógeno como combustible. Este hidrógeno se quema con el oxígeno del aire en el interior del motor, produciendo energía mecánica que mueve el vehículo.

Lo más interesante es que este tipo de motor es muy similar al motor de gasolina que todos conocemos, lo que permite aprovechar buena parte de la tecnología ya existente, haciendo que la transformación sea más rápida y rentable.

Es decir, no requiere una transformación total del motor para aprovechar el uso del hidrógeno como combustible.

¿Cómo funciona exactamente?

El proceso de un motor de combustión de hidrógeno es muy parecido al de un motor convencional:

  1. Admisión del hidrógeno. El motor toma aire del exterior y lo mezcla con hidrógeno en estado gaseoso en los cilindros.
  2. Compresión. La mezcla de hidrógeno y aire se comprime en el interior del cilindro.
  3. Encendido. Una chispa (como en un motor de gasolina) provoca la combustión de la mezcla. En el caso del hidrógeno, la combustión es más rápida, ya que es más volátil.
  4. Expansión. La explosión genera energía que empuja los pistones y hace girar el motor.
  5. Escape. Se expulsan los gases resultantes, que son vapor de agua y una pequeña cantidad de óxidos de nitrógeno (NOx).

A diferencia de los combustibles fósiles, el hidrógeno no genera dióxido de carbono (CO₂) durante la combustión. Esto convierte a estos motores en una opción mucho más limpia para el medio ambiente.

No obstante, conviene tener en cuenta que lo más común será, probablemente, la aplicación del hidrógeno en motorizaciones diésel, sobre todo, en el segmento del vehículo pesado.

En este caso, el funcionamiento será como un sistema dual, utilizando el diésel que, con cuya compresión, se combustionará el hidrógeno. Aproximadamente, se estima que habrá entre un 30% y un 40% de sustitución de diésel por hidrógeno.

Ventajas de los motores de combustión de hidrógeno

Los motores de combustión de hidrógeno tienen una serie de ventajas muy claras, sobre todo en este momento de transición hacia una movilidad más sostenible:

1. Cero emisiones de carbono

El principal subproducto de la combustión del hidrógeno es el vapor de agua. No hay emisiones de CO₂ ni de partículas contaminantes, como sí sucede con motores diésel o de gasolina.

2. Aprovechamiento de tecnología existente

Como el diseño es muy similar al de los motores tradicionales, muchas piezas pueden reutilizarse. Esto abarata costes y acelera el desarrollo, sin necesidad de reinventar todo el sistema.

3. Repostaje rápido

Llenar un depósito de hidrógeno lleva tan solo unos minutos, similar al repostaje de un vehículo de gasolina. Esto es una gran ventaja frente a los vehículos eléctricos con batería, que pueden tardar horas en recargarse.

4. Alta potencia y fiabilidad

Este tipo de motor es especialmente útil para vehículos industriales, maquinaria pesada, camiones o trenes, donde se requiere potencia continua y gran autonomía.

Retos que enfrenta el sector

Aunque tiene muchas ventajas, esta tecnología también debe enfrentar algunos desafíos propios del proceso de desarrollo en el que aún se encuentra:

  • Emisiones de NOx: a temperaturas muy altas, pueden generarse óxidos de nitrógeno. Sin embargo, existen tecnologías de control para minimizar este impacto.
  • Infraestructura: la red de hidrogeneras (estaciones de repostaje de hidrógeno) aún es muy limitada en España, aunque está en proceso de expansión.
  • Almacenamiento seguro: el hidrógeno debe almacenarse a alta presión, lo que requiere sistemas robustos y seguros.

¿En qué punto está la tecnología de hidrógeno?

Los motores de hidrógeno no son una idea nueva, pero su desarrollo se ha acelerado enormemente en los últimos años. Grandes fabricantes como Toyota, BMW, Yamaha o Cummins están invirtiendo en esta tecnología y ya han presentado prototipos totalmente funcionales.

Además, algunas marcas están probando motores de hidrógeno en competiciones deportivas, demostrando su potencia, fiabilidad y sostenibilidad.

Por otro lado, en España ha habido un gran avance en materia legislativa. Por primera vez, se ha aprobado la normativa de transformación de vehículos de hidrógeno en base a conjunto funcional, donde se regula el proceso de transformación tanto en pila de combustible como en motor de combustión.

En este contexto, los motores de combustión de hidrógeno son una oportunidad real para transformar flotas de vehículos existentes, especialmente en el sector del transporte público, agrícola e industrial.

¿Transformar un motor convencional es posible?

Sí. Uno de los grandes atractivos de esta tecnología es, precisamente, esa posibilidad. Los motores actuales pueden adaptarse para funcionar con hidrógeno mediante:

  • Cambios en el sistema de inyección.
  • Adaptación de válvulas y materiales resistentes al hidrógeno.
  • Incorporación de sistemas de seguridad y control de emisiones.

Estas transformaciones permiten alargar la vida útil de los vehículos existentes, reduciendo residuos y emisiones, y convirtiéndolos en una opción mucho más sostenible sin tener que comprar uno nuevo desde cero.

El futuro de los vehículos de hidrógeno

A corto plazo, los motores de combustión de hidrógeno serán clave en sectores donde la electrificación completa no es viable, como el transporte pesado, la construcción o la agricultura. Las flotas de vehículos encuentran en esta solución una gran alternativa en lo que a sostenibilidad se refiere.

A medio plazo, es probable que veamos un aumento en el número de vehículos adaptados al hidrógeno, tanto de combustión como de pila de combustible. Y en paralelo, crecerá la infraestructura de hidrogeneras.

A largo plazo, el hidrógeno verde jugará un papel esencial en la descarbonización de la economía, y los motores de hidrógeno estarán plenamente integrados en esa visión.

Desde Gasmoción, estamos preparados para ayudarte a dar el paso hacia una movilidad más limpia y eficiente. Ya sea adaptando tu flota o desarrollando proyectos a medida, creemos en un futuro movido por hidrógeno.

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