Ocho dudas frecuentes acerca del autogas GLP

El GLP es uno de los temas de moda, pero quizá por lo novedoso de su tecnología plantea ciertas dudas que hay que resolver. En La Comunidad del Taller hicimos un reportaje junto a Francisco de las Cuevas, una de las caras más visibles de Repsol en esto del GLP, Jesús Acereda, presidente de Transvegas (asociación de los distribuidores de equipos para la transformación de vehículos) y Ángel Pascual, responsable del desarrollo de RCTA (red de talleres especialistas en GLP) y aprovechamos para trasladarle las dudas que podrían ser más frecuentes.

Estas son y así las responden.

¿Y si quiero dejar de utilizar GLP?

Este es otro de los principales puntos a favor del autogás. Los vehículos, ya sean transformados por los usuarios después de la compra o equipados de origen, pueden conducirse indistintamente alimentados por un combustible u otro (incluso puede cambiarse el modo de conducción sobre la marcha sin ningún problema); basta con pulsar un botón. La transformación no implica que se tenga que elegir por un modo tradicional de alimentación o autogás; es un dos en uno. El usuario elige.

¿Qué pasa si mi vehículo está en garantía?

“Si la avería que se produzca no tiene nada que ver con la instalación del kit no tiene que haber ningún problema”, explica el presidente de Transvegas, “aun así depende del fabricante pueden poner más o menos problemas. Ese hándicap ya lo detectamos nosotros hace tiempo”. “Por eso”, sigue, “estamos cerrando acuerdos para que, en caso de darse este problema, el cliente no pierda su garantía”. Acereda se refiere a las conversaciones que mantienen con algunas compañías de seguros para que estas sean las que cubran la garantía del cliente en caso de que este tuviera algún problema.

¿Y al pasar la ITV?

Fue uno de los problemas más importantes en un principio. Hasta 2003 no se permitieron las transformaciones en vehículos particulares; a partir de entonces las ITV comienzan a dar por buenas las revisiones que se hacían en los coches transformados siempre y cuando el equipo instalado estuviera homologado y que el taller que había firmado la instalación contara con el certificado que confirmase que había sido debidamente formado y que además contara con la acreditación de su distribuidor (en España los distribuidores de los equipos GLP tienen esta potestad). Como en todos los sectores, en el del GLP también existen operadores ‘piratas’ que distribuyen equipos no homologados sin formar ni informar al taller de la normativa que debe cumplir; en esos casos sí que el usuario puede encontrarse con problemas serios al llevar su coche a pasar la ITV. “Pero eso es como con cualquier modificación de importancia que se realice en un vehículo, que debe estar perfectamente homologada”, explica Acereda. Si todo se hace como se debe, las ITV ya no son un problema.

“El rendimiento del vehículo se reduce”

Datos de GFI, una de las marcas de equipos de GLP más importantes en todo el mundo (distribuida en España por Gasmoción), cifran la pérdida de potencia en un 2%. En cuanto al mantenimiento del vehículo es cierto que puede prolongarse (el autogás no tiene apenas impurezas ni genera carbonilla…), aunque para asegurar un correcto funcionamiento del vehículo, Jesús Acereda considera aconsejable mantener los periodos de mantenimiento indicados por los fabricantes.

“¿Dónde reposto?”

Aquí le tocaba contesta a Francisco de las Cuevas, es su terreno: “Difícilmente esto puede ser un problema a día de hoy; hoy en todas las provincias hay una estación de servicio con autogás y en todos los núcleos urbanos grandes hay uno o dos. También están cubiertos todos los grandes corredores y ni que decir tiene que si quiero ir de Sevilla a Pamplona, por decir una ruta, tengo el suministro de GLP asegurado. Nunca habrá 4.000 estaciones con este combustible en España, eso también te lo digo, pero con la estructura que hay hoy el servicio está más que asegurado”.

“Si no soy profesional no merece la pena”

Turno para Ángel Pascual: “En término generales, un usuario normal suele tardar en amortizar la instalación un año y medio, según el caso a veces menos; el ahorro en gasolina está en torno al 45% y en diésel rondando el 25%…”. Y es cierto que aunque el consumo en término de litros es algo mayor cuando el vehículo circula a GLP, la diferencia de precio entre un combustible y otro en ocasiones es más del doble. Al escribir estas líneas el precio del autogás no pasaba de los 0,6 euros/litro.

“Se habla del medioambiente, pero tampoco será para tanto…”

Aquí lo tienen muy claro los tres. Jesús Acereda me puso un ejemplo claro: “Si todos circulásemos a GLP la ‘boina’ (esa gran nube de contaminación tan visible sobre todo en verano) sobre el cielo de Madrid desaparecería”. De las Cuevas fue algo más concreto: “Se emite un 15% menos de CO2 que en motores gasolina y se emiten hasta un 50% menos de partículas de óxido de nitrógeno que en los motores diésel”. Por no hablar de la facilidad que supone contar con uno de estos vehículos en periodos declarados de alta contaminación en ciudades como Madrid o Barcelona…

“No me da seguridad”

En la cabeza de todos está aún aquel caso en el que un taxi de Barcelona recién transformado (o a medio transformar, más bien) explotó en plena calle. Para nada tuvo que ver con que un vehículo preparado para funcionar a GLP sea algo potencialmente peligroso: “La investigación sobre el taxi que explotó en Barcelona apunta a que tenía la instalación de GLP a medias”, publicaba apenas un día después de lo sucedido (el 7 de noviembre de 2013) Europa Press; la agencia además hacía referencia a las palabras de Manuel Otero, propietario del taller que habría realizado la instalación: “Otero ha relatado que había un marcador de gas instalado en el vehículo que no marcaba bien y debía esperarse a una pieza de repuesto, ante lo que pidió al taxista que por ahora el coche no funcionara con el GLP sino con gasolina, pero ‘lo cargó igualmente’ de gas”. Vamos, que tenía muy poco que ver con la seguridad de estos sistemas. Pero la situación entonces fue complicada y la pregunta era obligada. Al escucharla Jesús Acereda se incorpora sobre la mesa y comienza a enumerar algunos de los sistemas de seguridad que incorporan los kits de transformación: “Multiválvula en el depósito que regula la entrada del gas, válvula antirretorno, fusible térmico, válvula de sobrepresión, válvula de exceso de flujo…”. “Hay un estudio que hizo el RACE”, interviene De las Cuevas, “que demuestran que los sistemas de GLP son igual de seguros que los de gasolina o gasoil… eso tampoco es argumento ya. El autogás hoy no tiene  nada que ver con la bombona de butano de hace quince años, los niveles de seguridad son altísimos”.

Fuente: lacomunidaddeltaller.es