AutoGas, el combustible que cuida el medio ambiente mientras ahorras
El medio ambiente es una de las cuestiones que más interesan a los españoles. Existe una creciente preocupación por la manera en la que la contaminación afecta a su salud o a su rutina diaria y por eso es cada vez más normal apostar por unos hábitos más saludables y por una movilidad más sostenible.
Una de las soluciones pasa por la renovación del parque automovilístico. Sin embargo, a una escala más pequeña pero mucho más directa, hay una opción que permite una conducción respetuosa con el medio ambiente y, además, ahorrar: el uso del AutoGas como combustible alternativo.
Actualmente hay 50.000 conductores en España que ya disfrutan de sus ventajas, principalmente profesionales como taxistas. Pero su crecimiento es constante y pretende alcanzar a los usuarios del vehículo privado. El Plan VEA (estrategia del Impulso del vehículo con energías alternativas) propone que la cifra de usuarios se quintuplique hasta 2020. Serán aún cifras modestas comparadas con los 25 millones que hay ya en el resto del mundo, pero es un primer paso hacia la movilidad del futuro.
El gran obstáculo para el AutoGas a día de hoy es el desconocimiento de sus cualidades. Consiste en una mezcla de propano y butano que ofrece las mismas prestaciones que los carburantes convencionales sin perder ni un ápice del rendimiento del motor y ampliando notoriamente la autonomía.
El GLP tiene dos ventajas fundamentales: una es el precio; otra, no menos importante, son sus cualidades, más respetuosas con el medio ambiente que los combustibles tradicionales. El AutoGas es una alternativa más sostenible, ya que su uso es capaz de reducir las emisiones de óxido de nitrógeno en un 70% y las de partículas en aire hasta en un 90%.
Tales cifras no son un mensaje de márketing sino datos reales que concluyen en una significativa ventaja para el usuario. Y es que los coches propulsados por AutoGas, ya sean directamente de fábrica o vehículos de gasolina, euro 4, 5 o 6, adaptados, obtienen la etiqueta ‘ECO’ otorgada por la DGT. Con ella es posible circular sin limitaciones en escenarios de restricciones al tráfico, circular por los carriles de alta ocupación cuando así se indique e incluso obtener ayudas de la administración, bonificaciones en el aparcamiento regulado en las ciudades o rebajas en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica.
Por ahí empieza el ahorro, aunque donde más va a notar el bolsillo el uso del AutoGas es en el día a día. Un dato: se estima que el coste frente a combustibles tradicionales se reduce hasta un 40%. Y el que el precio de estos vehículos sea similar al de los convencionales los convierte en una opción muy competitiva frente a los eléctricos o híbridos, que generalmente se venden a un precio más elevado. La autonomía también es otra ventaja, ya que los coches propulsados por AutoGas pueden alcanzar los 1.200 kilómetros porque estos vehículos son bifuel, esto es, tienen dos depósitos: uno para gasolina y otro para GLP.
Adaptarse al AutoGas, una inversión rentable
Porque otra posibilidad, si no se quiere o se puede comprar un coche nuevo, es la de transformar el vehículo actual movido por gasolina en un automóvil propulsado por AutoGas. Puede sonar caro y complejo pero en España existen hasta 800 talleres homologados para hacer la adaptación. Tiene un coste aproximado de 1.000 euros, si bien algunas autoridades locales y autonómicas conceden ayudas que cubren parte de la intervención.
Mecánicamente la operación es sencilla. De hecho, no se toca el motor sino que se añaden elementos nuevos, homologados y comprobados, que no interfieren con lo original. El proceso incluye la instalación de un segundo depósito específico para el AutoGas, canalizaciones hacia los inyectores, filtros, una centralita y un conmutador ubicado cerca del volante con el que el conductor puede elegir en cualquier momento si usar gasolina o AutoGas.
En una semana aproximadamente el centro especializado devuelve al coche al cliente, previo paso a un control en la ITV para certificar el cumplimiento de todos los requisitos de seguridad. Algo que, por otra parte, no debe preocupar al usuario: además de que el depósito es más resistente que uno de gasolina, el combustible no es tóxico ni corrosivo.
Y al salir del taller, a disfrutar con una movilidad más sostenible, barata y cómoda, ya que la conducción es más silenciosa, suave y con menos vibraciones. Y sin preocuparse de los tiempos de carga, como sucede en el caso de los coches eléctricos: repostar AutoGas lleva el mismo tiempo que hacerlo con gasolina. En España ya existen más de 550 estaciones de servicio -y la cifra va en aumento-, capaces de dar cobertura hoy día a un parque automovilístico hasta cinco veces superior. La red permite, por ejemplo, cruzar la península utilizando sólo AutoGas, para que el usuario simplemente se deje llevar mientras se respeta el aire que respiramos y, de paso, cuidamos nuestra economía.
Fuente: elespanol.com