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Zona de Bajas Emisiones: así es su proceso de implantación

El día 1 de enero de 2023 entra en vigor una de las normativas derivadas de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética mediante la cual todos los municipios de más de 50.000 habitantes, es decir, 149, tienen obligación de implementar una Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Estas zonas son áreas en las que se establecen restricciones de acceso, circulación y aparcamiento a aquellos vehículos más contaminantes. 

También los municipios de más de 20.000 habitantes deben tener definida, al menos, una ZBE, aunque solo la activarán puntualmente si se registran niveles elevados de contaminación. Para contextualizar el alcance de esta normativa, cabe destacar que, hasta este año, solo había 7 ZBE activas en España, por lo que estamos hablando de multiplicar por 20 esta cifra.

Ante esta situación, surge la duda de cómo se debe implantar una ZBE, puesto que el Ejecutivo central ha dejado en manos de cada ayuntamiento la decisión de qué restricciones implantar y en qué área hacerlo. En este artículo, vamos a tratar de responder las principales dudas acerca de qué pasos deben seguir las entidades locales para crear estas áreas. 

Para ello, nos vamos a fijar en dos documentos principales. Por un lado, la guía que ha publicado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico; y por otro, la guía de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en colaboración con la DGT y el Área Metropolitana de Barcelona. 

 

¿Qué tipos de ZBE existen?

Atendiendo a los documentos mencionados, hay varios tipos de ZBE que los ayuntamientos pueden implantar:

  • Núcleo: es decir, delimitar determinadas áreas concretas de un municipio.
  • Anillo: delimitación de una o varias zonas de transición de las ZBE, conectando varios núcleos. 
  • Especial: en este caso, hablamos de la definición de áreas que tienen características singulares, como campus universitarios o polígonos industriales. 
  • Puntual: nos referimos a tramos concretos de calles en los que se quiera reducir el tráfico, como puede ser la salida de un hospital o de un colegio.

 

Cómo implementar una Zona de Bajas Emisiones en 4 fases

La concepción de una Zona de Bajas Emisiones se puede dividir en 4 etapas clave:

 

1) Análisis y planificación

En primer lugar, hay que llevar a cabo distintos análisis y mediciones para recabar los datos que, posteriormente, nos permitan diseñar la ZBE. Estas son algunas de las acciones a tener en cuenta:

  • Medir la calidad del aire en las zonas de mayor concentración urbana.
  • Realizar una estimación de la superficie más contaminada. 
  • Recabar datos demográficos que puedan influir.
  • Estudiar la evolución de la contaminación en estas áreas durante los últimos años, para tratar de prever la tendencia. 
  • Establecer las fuentes de las que proviene la contaminación.

 

2) Diseño 

Una vez hemos analizado en qué puntos se produce más contaminación y qué puede estar causándola, es momento de reflejar cómo va a ser la ZBE. Para ello, se debe diseñar un proyecto contemplando:

  • La extensión concreta que va a ocupar la ZBE en base a los datos obtenidos en el análisis.
  • El calendario de aplicación.
  • Objetivo de mejora de calidad del aire que se espera.
  • Estimación del plazo previsto para lograr dicho objetivo. 
  • Herramientas tecnológicas que se vayan a emplear en la creación o control de las ZBE. 
  • Definición bien estructurada de las competencias jurídicas y de las restricciones que se implantarán. 
  • Publicación de cualquier documento informativo de apoyo para la creación de ZBE. 

 

3) Ejecución

Cuando se ha concretado qué área se va a restringir, qué restricciones se van a implementar y cuándo se va a dar comienzo, llega el momento de poner en marcha dicho plan. En este punto, conviene llevar a cabo un registro de todos los vehículos matriculados dentro de este área geográfica que cumplen con las condiciones de acceso, circulación y aparcamiento, así como de aquellos que no cumplen. 

En esta fase es fundamental, también, ejercer una labor de concienciación y sensibilización entre la ciudadanía, que debe entender este proceso como parte de una acción destinada a mejorar la vida comunitaria, y no como un obstáculo en su día a día. 

 

4) Evaluación

Por último, y pasado un plazo mínimo desde la puesta en marcha, es conveniente realizar controles periódicos para detectar posibles puntos de mejora, calcular los índices de mejora de calidad del aire y comprobar hasta qué punto se están cumpliendo, o no, los objetivos propuestos. 

 

¿Qué señalización es necesaria en una Zona de Bajas Emisiones?

La Dirección General de Tráfico publicó, en el año 2021, la señal que deberán mostrar todos los municipios para informar sobre el límite de las Zonas de Bajas Emisiones:

SEÑALIZAZCION ZBE

Monitorización de las ZBE

Cada ayuntamiento puede definir qué acciones llevar a cabo para implantar las Zonas de Bajas Emisiones, pero deben diseñarlas atendiendo, siempre, a cuatro criterios principales que deben monitorizar, a fin de evaluar la efectividad de las mismas:

  • Calidad del aire
  • Cambio climático y movilidad sostenible, calculando su impacto en el consumo energético
  • Eficiencia energética
  • Contaminación acústica

 

Las etiquetas ECO y CERO, clave en las ZBE

Aunque la implementación de restricciones en estas Zonas de Bajas Emisiones se lleve a cabo de forma progresiva, el objetivo a medio plazo parece claro: limitar el acceso y circulación a los grandes núcleos urbanos solo a los vehículos no contaminantes o poco contaminantes. Es decir, a los vehículos con etiquetas ECO y CERO. 

 

Por lo tanto, aunque en tu lugar de residencia no se implante desde el 1 de enero la restricción total, debes tener en cuenta que llegará, lo que incentiva la búsqueda de alternativas de movilidad sostenible con las que obtener estos distintivos medioambientales.

 

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