¿Por qué debo transformar mi coche a GLP en vez de comprar uno nuevo?

La cercanía de un nuevo año trae consigo, una vez más, la incertidumbre para muchos conductores que viven o circulan por grandes ciudades. Las novedades relacionadas con las Zonas de Bajas Emisiones y la poca claridad que hay al respecto por parte de los ayuntamientos hacen que muchas personas se pregunten si podrán seguir circulando con normalidad por las ciudades. 

No obstante, el endurecimiento de las restricciones continuará su tónica creciente con el paso de los años. Antes o después, la mayoría de conductores tendrán que buscar alternativas de movilidad más sostenible para entrar y moverse por estas áreas. En un escenario como este, hay una duda que sobrevuela y que no siempre es fácil de responder: ¿Merece la pena comprar un coche nuevo con etiqueta ECO?

Cabe destacar que las etiquetas ECO y CERO son los distintivos ambientales de la DGT exentos de cualquier restricción en los grandes núcleos urbanos. Esto se debe a que corresponden a los vehículos que menos gases contaminantes y partículas nocivas emiten al exterior. Ahora bien, ¿hasta qué punto es necesario comprar un coche nuevo cuando hay alternativas más económicas e inmediatas?

 

Razones para optar por la transformación a GLP en lugar de la compra de un coche nuevo

Un gran porcentaje de los vehículos que circulan a día de hoy por las grandes ciudades es susceptible de conseguir la etiqueta ECO con la conversión a GLP. Una opción que resulta más económica e inmediata que la compra de un coche nuevo, y con la que los vehículos en cuestión también consiguen la etiqueta ECO

Concretamente, los vehículos gasolina EURO 4 matriculados a partir de 2006 y los diésel EURO 6 matriculados a partir de 2016. Sin embargo, hay múltiples razones que nos llevan a asegurar que, en muchos casos, la transformación a GLP de un vehículo es una alternativa más interesante que la compra de uno nuevo. 

 

Mayor ahorro económico

Transformar un coche a GLP en lugar de comprar un vehículo nuevo ofrece una serie de ventajas significativas tanto desde el punto de vista económico como medioambiental. Una de las principales razones por las que muchos conductores optan por esta conversión es el ahorro económico que supone. 

El GLP es considerablemente más barato que la gasolina o el diésel, lo que se traduce en un ahorro directo en cada repostaje desde el mismo momento en que se transforma un coche. Además, aunque la conversión tiene un coste inicial, este suele amortizarse en un plazo relativamente corto, especialmente si se trata de un vehículo que recorre muchos kilómetros al año.

Y, desde luego, es un coste muy inferior al que supone la compra de un coche nuevo. Para que te hagas una idea, una transformación a GLP puede oscilar entre los 1.500 y los 2.000 euros, mientras que la compra de un coche nuevo multiplica por 10 o más esa cantidad, como mínimo. 

 

Segunda vida útil y economía circular

La conversión a GLP de un coche que ya posees permite evitar el gasto elevado asociado a la compra de un vehículo nuevo con etiqueta ECO, que a menudo tiene un precio considerablemente más alto debido a la tecnología avanzada que incorpora. 

El coste de la conversión a GLP es significativamente menor y, como en el caso de cualquier coche a GLP, el ahorro en combustible se mantiene, ya que el GLP sigue siendo más económico que la gasolina o el diésel. Esto permite amortizar rápidamente la inversión inicial en la conversión.

Y, algo muy importante, evita el achatarramiento del coche que ya tenías, un proceso que implica un coste sostenible, puesto que muchas piezas no se suelen reutilizar. Al convertir un coche a GLP y obtener la etiqueta ECO, los beneficios son similares a los de un vehículo nuevo con esta clasificación, como la posibilidad de acceder a zonas de bajas emisiones y obtener descuentos en peajes o impuestos. Así, se puede disfrutar de estas ventajas sin necesidad de adquirir un coche nuevo, lo que también contribuye a una economía circular al prolongar la vida útil del vehículo existente.

 

Sostenibilidad inmediata

Otro factor clave es la reducción de las emisiones contaminantes. Un coche transformado a GLP emite menos CO2 y otros gases nocivos en comparación con los vehículos que funcionan exclusivamente con combustibles fósiles tradicionales. 

Esto no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también puede hacer que el coche esté exento de ciertas restricciones de circulación en áreas urbanas con alta contaminación o que reciba bonificaciones en impuestos y peajes, dependiendo de la legislación local, sin necesidad de esperar a recibir el coche nuevo.

 

Flexibilidad

Otro punto a favor de la conversión a GLP es la flexibilidad. Muchos vehículos con etiqueta ECO son híbridos o eléctricos, que pueden no ser adecuados para todos los estilos de vida o necesidades de conducción, especialmente si se requiere recorrer largas distancias con frecuencia. 

Un coche convertido a GLP mantiene la autonomía del motor de combustión, evitando las limitaciones de los puntos de recarga o las posibles preocupaciones sobre la vida útil de las baterías en el caso de los híbridos enchufables o eléctricos.

En resumen, aunque la compra de un coche nuevo con etiqueta ECO es una opción atractiva para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia, transformar un coche existente a GLP sigue siendo una alternativa ventajosa. Permite ahorrar dinero, aprovechar las ventajas de la etiqueta ECO sin el coste de un vehículo nuevo y conservar la flexibilidad y autonomía que muchos conductores valoran en sus vehículos actuales.