Gases renovables: en qué consiste el sistema de garantías de origen
La semana pasada conocíamos un anuncio que llevaba tiempo en el aire, y que por fin se oficializó. El Ejecutivo aprobaba un Real Decreto con el que se podrán certificar aquellos gases renovables; es decir, los que provengan de fuentes renovables, como el biogás o el hidrógeno. En definitiva, se trata de una certificación de garantía, una especie de “denominación de origen” que avale que el gas utilizado proviene de fuentes renovables.
Para ello, se aplicará un mecanismo parecido al que se lleva a cabo en la electricidad renovable. Se trata de un paso más en el camino hacia la descarbonización y se enmarca dentro de la estrategia europea de sostenibilidad.
Esta normativa incorpora, también, los criterios de sostenibilidad y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que establece Europa para la biomasa sólida y el biogás, los biocarburantes y los biolíquidos para el transporte. Además, también tiene en cuenta los objetivos de penetración de los biocarburantes a partir de 2023, que deberán alcanzar el 12% del consumo en 2026.
Este anuncio no solo supone una hoja de ruta en firme, sino una muestra más del compromiso que todos los integrantes de la esfera política, económica y social debemos adoptar para avanzar en materia de sostenibilidad. A continuación, te explicamos en qué consiste este sistema de garantías de origen de los gases renovables.
¿Qué va a suponer este sistema de garantías de origen?
La novedad más importante que trae consigo esta norma es que cada megavatio hora (MWh) de gas que sea 100% renovable estará acompañado de la información sobre dónde, cómo y cuándo se ha producido, a fin de demostrar que su origen es renovable. Una certificación que, a su vez, incentivará su consumo debido a sus beneficios medioambientales.
Para certificarlo, se creará un Censo de Instalaciones de Producción de gas procedente de fuentes renovables, así como un Comité de Productores, que velarán por el correcto cumplimiento de estas prácticas. Siguiendo unos criterios transparentes de sostenibilidad, trazabilidad y seguridad, los productores y comercializadores podrán intercambiar dichas garantías de origen.
¿Qué tipo de gases renovables certificará este sistema?
Tal y como apunta la normativa, las garantías de origen certificarán tanto el volumen del gas como su calidad. Así, se establecerá una diferenciación entre hidrógeno que se haya obtenido mediante energía renovable, biogás, biometano y cualquier otro tipo de gas renovable producido y consumido. Tanto si se utiliza para autoconsumo como si se inyecta a la red de gasoductos, lo importante es poder avalar que proviene de fuentes renovables.
En cuanto a los criterios de sostenibilidad, este real decreto amplía la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a los biocarburantes y biolíquidos. Asimismo, aumenta su ámbito a la biomasa sólida y al biogás que se utilice con fines eléctricos, de calefacción y de refrigeración.
¿Qué objetivos establece con respecto a los biocarburantes?
En línea con las directrices europeas, el Ejecutivo ha fijado una serie de objetivos para la penetración de biocarburantes y biogás que se utilicen para el transporte. A partir de 2023, el objetivo se ha fijado en el 10,5% en contenido energético, hasta alcanzar el 12% en 2026. Por otra parte, tiene en cuenta las contribuciones de los biocarburantes avanzados y del biogás en el transporte, que serán, como mínimo, del 0,3% en 2023, del 1% en 2025 y del 3,5% en 2030.
¿Cómo afecta al sector de la automoción?
El gas que se utilice en el transporte, ya sea de vehículos de mercancía pesada o turismos particulares, también puede provenir de fuentes renovables. Por ejemplo, el GLP renovable, el biopropano, se puede obtener utilizando la misma molécula que el combustible fósil, pero procedente de una fuente como biomasa, aceites vegetales o cualquier otra fuente natural.
Por otro lado, el sector de la automoción tiene ante sí una gran oportunidad para impulsar los vehículos de hidrógeno, un tipo de energía limpia y cuya obtención es 100% renovable. Asimismo, existen ya proyectos en los que se está probando a utilizar combustible en el que se combine el hidrógeno con el gas renovable.
El abanico de posibilidades es muy amplio, y las empresas relacionadas con la automoción debemos remar en la misma dirección: avanzar hacia la movilidad sostenible e implementar combustibles alternativos procedentes de fuentes renovables, impulsando así la transición hacia la descarbonización iniciada ya durante los últimos años.