impuestos al diesel

Impuestos al diésel: todas las novedades más recientes

La fluctuación de los precios de los combustibles se ha convertido en una de las preocupaciones diarias para muchas personas, que permanecen atentas a la subida o bajada del combustible que utilicen. Lo que está claro es que tanto la gasolina como el diésel continúan con una tendencia alcista que no tienen otros combustibles alternativos, como el GLP. Sin embargo, la situación para los conductores de vehículos diésel podría ser, aún, más complicada durante los próximos meses si finalmente se introducen los nuevos impuestos al diésel anunciados por el Ejecutivo hace unas semanas.

La búsqueda de la movilidad sostenible ha sido prioritaria para los gobiernos europeos desde hace varios meses, y la evolución será creciente en este aspecto. Por este motivo, no es de extrañar que, entre otras cosas, contemplen medidas como la subida de impuestos al diésel y la gasolina, combustibles con los que se espera acabar en la década de 2030-2040. 

Una de las medidas contempladas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia alude directamente al precio de los combustibles. Concretamente, anuncia la “revisión de las bonificaciones de los hidrocarburos utilizados como carburante para la equiparación progresiva de los tipos impositivos en atención a su poder contaminante”. Es decir, una subida de impuestos al diésel y la gasolina, con especial urgencia en el caso del diésel. 

Un objetivo para 2023, ¿ampliable?

La idea inicial era aplicar este impuesto a lo largo de 2023. No obstante, la bonificación de 20 céntimos por cada litro de combustible que aprobó el Gobierno con el objetivo de paliar la subida incesante de precios dejó esta opción en situación de “stand by”. A mediados de año, una vez eliminada dicha bonificación, volvió a sobrevolar y a coger fuerza. Ahora, el tablero político ha vuelto a poner en pausa muchos de los planes que ya estaban en marcha, hasta que se resuelva la situación de incertidumbre política que sigue habiendo. 

Por lo tanto, habrá que esperar a que se desvele quién permanecerá en el equipo de gobierno para comprobar si se retoma, o no, la aprobación de un nuevo impuesto al diésel. Las posturas, en este sentido, son bastante opuestas, aunque ya podemos intuir por dónde se dirimirán respectivas decisiones.

Hace unas semanas, miembros de los dos partidos políticos mayoritarios de dicho bloque confirmaron que, en caso de que revaliden el pacto de gobierno, introducirán el impuesto al diésel tal y como estaba previsto en la hoja de ruta anterior. Por su parte, los partidos políticos situados al ala derecha se han mostrado más reacios a aumentar este impuesto, al menos, a corto plazo. 

Por su parte, algunas grandes compañías energéticas han mostrado ya su posición con respecto a este tema. Es el caso de Cepsa, que afirma que “subir el impuesto al diésel facilitará los proyectos de hidrógeno verde y el cambio de combustible”.

¿Qué impuestos al diésel tienen en otros países europeos?

Dada la incertidumbre generalizada que hay en toda la Unión Europea en materia de sostenibilidad y energía, es interesante revisar cuál es la situación en otros países. Concretamente, en relación con el impuesto sobre hidrocarburos. Cabe destacar que no es el único impuesto existente relacionado con el sector de la automoción y la movilidad, pero sí uno de los que más discrepancias suscita. 

El país que tiene el impuesto especial de hidrocarburos más bajo es Hungría. Concretamente, Hungría aplica un impuesto de 219 euros cada 1000 litros de diésel, frente a los 617 euros de Italia, el país con el impuesto especial más alto sobre este carburante. La media a nivel europeo es, aproximadamente, de 468 euros por cada 1000 litros. En España, el impuesto actual es de 379 euros por cada 1000 litros.

¿Y en el caso de la gasolina? La situación es más o menos similar, aunque el abanico impositivo es más amplio y hay más diferencias entre los impuestos que aplica cada país. España, por ejemplo, grava más la gasolina que el diésel, pues aplica 504 o 473 euros (según sea gasolina 98 o 95) frente a 379 en el caso del diésel. 

Por su parte, Hungría se mantiene como el país con el impuesto más bajo, de 347 euros por cada 1000 litros, en contraste con los 824 euros de impuesto que tiene Países Bajos. En este caso, la media europea asciende a unos 585 euros debido a que las diferencias entre países son más amplias. 

Consecuencias de la subida de los impuestos al diésel en España

La consecuencia más directa en caso de que se aumenten los impuestos al diésel en nuestro país es, evidentemente, una subida de precios a la hora de repostar. Y, si esta subida se aplica también a la gasolina, el encarecimiento repercutirá a la mayoría de conductores. En este escenario, se pone de manifiesto la importancia de buscar alternativas de movilidad sostenible inmediatas, efectivas y reales que, además, conlleven un ahorro económico a la hora de repostar.

La mejor alternativa para transitar hacia un escenario de movilidad sostenible plena es la conversión a GLP, un combustible alternativo menos contaminante y más barato que la gasolina y el diésel. En Gasmoción somos especialistas en transformaciones a Autogas, y te asesoramos de forma personalizada para que sepas cuál es la mejor opción en función del vehículo que tengas.