Mi primera experiencia con un coche de GLP y por qué te lo recomiendo
Mi primera experiencia con un coche de GLP ha sido de la mano de Opel.
La marca invitaba a ver cómo se fabrica un coche que se mueve con Gas Licuado del Petróleo (GLP), cómo se hacen las comprobaciones de seguridad que confirman que está preparado para empezar a rodar, cómo se reposta en una estación de servicio y, de paso, a rodar unos cuantos kilómetros para sentir en primera persona que no hay diferencia alguna con la conducción en modo gasolina.
La cita era en Figueruelas, en la planta que el Grupo PSA tiene en Zaragoza y en la que se fabrican el Opel Corsa (de tres y cinco puertas), el Opel Mokka X (estos dos tienen versión de GLP), el Opel Crossland X y el Citroën C3 Aircross.
El GLP es el combustible alternativo más utilizado en España
Van algunos datos.
Desde 2013 la producción de modelos de GLP ha aumentado un 200%. Es mucho, pero mayor aún es el crecimiento del volumen de matriculaciones de modelos como el Opel Corsa de GLP que en lo que va de año ha vendido un 333% más que en el mismo perÃodo de 2017.
El Opel Mokka en versión de gas también gana seguidores: las cifras de Opel apuntan que el 6% de los Mokka que se venden son bifuel.
A nivel mundial,el GLP es el combustible alternativo más utilizado (por encima de la electricidad). A dÃa de hoy, hay más de 25 millones de vehÃculos movidos por gas en el mundo; en España, superan los 70.000 y se espera que con planes de ayudas como el VEA esta cifra se quintuplique para 2020.
Asà se fabrica un coche de GLP
La de Figueruelas es la única planta que integra el proceso de fabricación de un coche de GLP. Hasta hace unos años, esta planta seguÃa el mismo procedimiento que todavÃa mantienen el resto de fabricantes: dan forma al coche y, una vez terminado, lo llevan a un centro de transformación donde lo convierten en una unidad bifuel.
“Era montar para luego desmontar y volver a montar”, recuerda Amalio Roda, responsable de Producto y Calidad de Opel. Asi que en 2013 se pusieron un reto: integrar el montaje de la parte GLP en los tiempos y procesos de fabricación.
Fue una tarea complicada pero no muy costosa a nivel económico según el director General de Opel España, Antonio Cobo. Ahora, uno de cada seis coches que pasan por las lÃneas de montaje (en Zaragoza hay tres) es de GLP.
En realidad la fabricación de un coche que se mueve con Gas Licuado del Petróleono es muy diferente de la de un coche convencional.
El momento más importante es el del montaje del depósito que en el caso de los Opel ocupa el mismo espacio que ocuparÃa una rueda de repuesto de tamaño normal. El operario coloca el depósito en el maletero y luego lo cubre de tal manera que, a simple vista, no hay diferencia.
Cada depósito tiene un código de barras debe ir asociado a un número de pedido; si no se produce esta asociación, la lÃnea de trabajo detecta un fallo y se para hasta que sea subsanado.
En la parte del motor se coloca la unidad FICM que es la encargada de hacer los cambios necesarios para que, con solo pulsar un botón, el coche funcione con gasolina o gas.
La tercera diferencia con respecto a un modelo homónimo de gasolina está en la boca de llenado que además del hueco para la gasolina cuenta con otro conducto más pequeño para la recarga de gas.
Finalizado el proceso de montaje, el coche de GLP se somete a una serie de verificaciones. Si todo está en orden, se realiza un primer llenado tras el cual se comprueba que no hay fugas en ningún punto y se realiza una prueba dinámica en un circuito que Opel ha preparado para estos menesteres en el exterior de la planta de Figueruelas.
Ponemos rumbo a un punto de recarga
Mi primera experiencia con un coche de GLP ha sido con un Opel Mokka X bifuel.
Si externamente nada delata que estamos ante un coche que puede funcionar indistintamente con gasolina o con gas licuado del petróleo, a nivel dinámico tampoco hay diferencias.
El Opel Mokka X tiene un botón en la consola central que permite pasar de modo gasolina a modo gas en marcha y te aseguro que si el copiloto decide jugar y cambiar de propulsión sin previo aviso no te darás cuenta. El único chivato es el reloj del cuadro de mandos que muestra cómo va de lleno el depósito y cambia la información de uno a otro de forma automática.
Sobre el volante, el cuadro de instrumentos digital muestra la autonomÃa que le queda al coche en modo gas, en modo gasolina y con ambos depósitos.
Llenamos el depósito de GLP
Repsol tiene un total de 400 puntos de carga de GLP repartidos por todo el territorio nacional. Son fáciles de identificar porque en la columna de precios junto al diésel y la gasolina en sus diferentes variantes aparece el sÃmbolo de Autogás.
No puedo evitar mirar los precios. Ese dÃa, el litro de diésel está a casi 1,22 euros por litro; el litro de gasolina cuesta casi 1,25 euros; mientras que el Autogas se vende a 0,67 euros. La diferencia es importante…
Nos acercamos al surtidor. La manguera del Autogas comparte espacio con la gasolina y el gasoil. A simple vista no hay diferencia entre las mangueras, pero una vez la descolgamos vemos que su bocal es más ancho. La única diferencia con respecto al respostaje de combustibles fósiles es que hay que colocar el adaptador y que durante todo el llenado hay que mantener pulsado un botón verde ubicado en la parte superior del surtidor. Cuando el tanque ha llenado el 80% de su capacidad, el proceso de llenado para de forma automática.
Con el depósito que hemos llenado podremos recorrer entre 400 y 500 kms. Si a esto sumamos que, en caso de no encontrar una gasinera a tiempo podemos seguir circulando con gasolina, la autonomÃa del coche supera los 1.000 kms.
Desde Opel aseguran que con un coche de GLP se puede ahorrar hasta un 40% en repostajes. Si a esto añadimos que en modelos como el Opel Corsa la diferencia en precio de compra no llega a 500 euros (más caro el modelo de gas) y que Repsol regala 700 euros en repostajes de gas, ¿qué motivo hay para no valorar un coche de GLP como una solución de movilidad real?
Fuente: autobild.es