Cada vez se habla más y más acerca del potencial del hidrógeno como una fuente energética estable, sostenible y a largo plazo. En lo que respecta a movilidad, si hasta ahora España ha mantenido una posición favorable, principalmente, al transporte eléctrico, las tornas están cambiando. Y es que el hidrógeno no solo es una alternativa muy interesante para la industria de la automoción, sino para prácticamente cualquier industria nacional. Concretamente, el hidrógeno verde.
Y es que el hidrógeno, al igual que el resto de gases, puede obtenerse de diferentes vías que condicionan su carácter sostenible. Así, el hidrógeno verde es la denominación que recibe el hidrógeno que se obtiene rompiendo las moléculas del agua a base de electrólisis, para lo que se utilizan energías renovables como la eólica o la solar. De esta forma, todo el proceso de producción es 100% limpio y no contaminante, ya que el único residuo que deja es el agua.
¿Significa eso que el hidrógeno es una opción real inmediata? No. Todavía hay flecos que solventar, como conseguir abaratar la producción de hidrógeno verde o el incremento de infraestructura, pero estamos en el camino adecuado.
Mientras tanto, debemos recurrir a alternativas menos contaminantes en este proceso de transición energética, como puede ser el gas licuado de petróleo en su uso como combustible. Además de ser más económico, emite entre un 10-15% menos de emisiones contaminantes con respecto a la gasolina, lo que reduce drásticamente la huella de carbono.
Hidrógeno verde: por qué va a ser clave en el sector de la automoción
Uno de los sectores que más se beneficiarán del hidrógeno verde es la automoción. Cabe tener en cuenta que solo el transporte emite cerca del 30% del total de emisiones a nivel europeo, lo que evidencia la necesidad de invertir en alternativas de movilidad sostenible, como el hidrógeno verde. Pero, ¿por qué esta opción es más adecuada que, por ejemplo, la movilidad eléctrica? Estas son algunas de las razones principales:
- Es el elemento más abundante del planeta, lo que garantiza el abastecimiento del mismo. En este sentido, es clave mejorar la capacidad para extraerlo y separarlo, puesto que no se encuentra por separado.
- El hidrógeno es un elemento volátil, lo que se traduce en una opción de movilidad segura. Si se produjera una fuga, el hidrógeno se disiparía fácilmente, por lo que no se producirían concentraciones importantes como para que conllevasen un riesgo para la salud. Además, no es un gas tóxico.
- El tiempo de repostaje es menor. Uno de los grandes inconvenientes que presenta la movilidad eléctrica es que se tarda mucho tiempo en recargar la batería de los coches. En cambio, repostar con hidrógeno no lleva más de 10 minutos si el depósito es más grande.
- La autonomía es mayor. Los vehículos de hidrógeno tienen más autonomía que la que alcanzan los vehículos eléctricos.
- Su densidad de masa es más baja, lo que supondrá una reducción de peso muy importante para los vehículos profesionales más pesados.
Otras aplicaciones industriales del hidrógeno verde
Tal y como hemos avanzado anteriormente, la automoción no es el único sector que se beneficiará del hidrógeno como combustible energético principal. De hecho, el hidrógeno verde se postula como una especie de “salvavidas” para un conjunto de industrias que son más difíciles de electrificar, como el transporte marítimo o aéreo.
O, por ejemplo, la industria metalúrgica, que podrá sustituir el gas actual por hidrógeno para llevar a cabo sus procesos de producción de manera más respetuosa con el medio ambiente. Es el caso de la producción de elementos como el acero, en la que el hidrógeno se podría utilizar para alcanzar la temperatura elevada necesaria.
Por otro lado, la industria química es otra de las grandes beneficiadas por el hidrógeno, que utiliza como materia prima para elaborar muchos de sus productos químicos.
Hoja de ruta del hidrógeno: por qué España puede ser clave en este sector
El Ejecutivo ha elaborado la Hoja de Ruta del Hidrógeno, un documento en el que contempla cómo se llevará a cabo el impulso del hidrógeno verde en nuestro país gracias a diversos proyectos de innovación para hacerlo posible. España tiene muchos puntos a favor para convertirse en uno de los principales hubs del hidrógeno que, sin duda, surgirán durante los próximos años.
Las condiciones climáticas de las que disfrutamos en la Península Ibérica facilitan, y mucho, la obtención de cualquier gas presente de forma natural. Y, en el caso de España, además, se suma la presencia de grandes superficies en las que poder ubicar las instalaciones necesarias para producir energías renovables, incluyendo el hidrógeno verde.
Otro factor que juega a favor de España en este sentido es la alta capacidad de innovación e I+D+i que tenemos, clave para desarrollar tecnologías pensadas para optimizar todo el proceso de obtención y conversión a hidrógeno verde.
Finalmente, su ubicación geográfica es estratégica no solo para convertirse en un referente europeo, sino también mundial. No hay que olvidar que España es la “puerta de entrada” a Europa clave para el continente africano y americano.
Por todas estas razones, el hidrógeno verde es el nuevo baluarte de la industria española. De hecho, puede ser la clave para impulsar el tejido industrial de nuestro país, a la vez que la sostenibilidad. Una vez que se solventen las actuales barreras y se consigan abaratar los costes y aumentar las infraestructuras, no cabe duda de que el hidrógeno verde se convertirá en el vector energético más importante.